martes, 3 de julio de 2007

SIMCE y PSU: a pesar de los esfuerzos realizados, vemos que la historia se repite

Hola a todos, en esta ocasión trataré el interesante tema de las pruebas nacionales, las denominadas SIMCE (Sistema nacional de evaluación del Ministerio de Educación de Chile) y PSU (Prueba de selección universitaria).
Sin lugar a dudas, el gobierno ha hecho un esfuerzo enorme en cuanto a inversión en materia educativa se trata (infraestructura en colegios, jornada escolar completa, evaluación docente, ley general de educación, etc.), sin embargo esto no ha implicado un mejoramiento en el desempeño de las pruebas SIMCE y PSU.
En primer lugar quiero mencionar algunos aspectos de la prueba SIMCE, para aquellos lectores que no estén en conocimiento del tema, ésta es realizada a estudiantes de cuarto básico, octavo básico y segundo medio, tiene como propósito principal contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación informando sobre el desempeño de los alumnos y alumnas en distintas áreas de aprendizaje, publicando los resultados a nivel nacional como a nivel de cada establecimiento educacional del país e informando además sobre el contexto escolar y familiar en el que aprenden los alumnos, además sirve para monitorear la calidad y equidad de la educación.
Una vez dicho esto, quiero exponer mi pensamiento respecto al tema, con el fin de que ustedes puedan leerlo y si no están de acuerdo con lo mencionado, puedan comentar al respecto. A mi parecer la prueba SIMCE es una evaluación necesaria para la educación chilena, si bien no se cumplen los objetivos a cabalidad, demuestra la realidad en la que se encuentra nuestra educación, además podemos, ver, analizar y criticar el estado actual de esta. Pienso que es el punto de partida para ver en donde se está fallando, junto con esto creo que es el gran diagnóstico que se hace a la educación chilena, puesto que a partir de los resultados podemos trabajar en conjunto como país para encontrar las respuestas que explicarían los malos resultados.
Lamentablemente, vemos que se ha progresado poco y que aún se siguen repitiendo las marcadas brechas entre la educación municipal y la particular pagada, ¿por qué ocurre esto si se ha hablado tanto de la igualdad?. A mi parecer, esto ocurre porque la educación en nuestro país se compra, esto lo digo basándome en los resultados que me fueron mostrados en clase de didáctica y evaluación de la especialidad acerca del desempeño de los colegios de mi ciudad (Chillán), los cuales expresaban que los colegios particulares pagados o subvencionados estaban entre los más puntajes más altos, mientras que los de dependencia municipal se hallaban muy lejos de los anteriores, o sea que es la misma historia de siempre.
En segundo lugar me referiré a la prueba de selección universitaria PSU, al igual que en la prueba SIMCE haré una breve descripción con la finalidad de informar al lector, esta es un instrumento de medición educacional que miden la capacidad de razonamiento de los postulantes egresados de la enseñanza media, teniendo como medio los contenidos del Plan de formación general de Lenguaje y Comunicación, de Matemática, de Historia y Ciencias Sociales y de Ciencias, esta última incluye a Biología Física y Química, siendo las dos primeras obligatorias y las otras dos optativas, pudiendo optar por rendir las cuatro pruebas.
Todos tenemos claro que el acceso a la educación superior es competitivo, para entrar a la Universidad es necesario rendir una buena PSU que permita entrar a una Universidad Tradicional o del consejo de rectores, esto se debe a que es la única forma que tiene un estudiante de escasos recursos para seguir estudios superiores. Respecto a este tema debo reconocer que ésta situación ha ido cambiando paulatinamente, por lo menos en materia de posibilidades de ingreso. Dado que ahora nuestro país está pasando por un buen momento económico, hemos podido apreciar que se han abierto las posibilidades de incorporación a la universidad, puesto que hay más facilidades para otorgar crédito universitario, así como también becas, ya sea que estas cubran el arancel de la carrera o bien de alimentación. Antes la situación no era tan así, si al alumno le iba mal en la PSU, su única opción era una universidad privada o un instituto, lo que para una familia de ingresos bajos era prácticamente imposible, puesto que deberían desembolsar dinero que ellos no disponen.
En cuanto a resultados obtenidos vemos que sigue mandando el dinero, los mejores puntajes provienen de los colegios particulares pagados, lo que deriva en que puedan acceder a las carreras de más prestigio y de mejor proyección económica, por lo general estos alumnos provienen de un entorno en el que conviven con estas profesiones (el papá doctor, la madre abogada, el tío arquitecto, etc.), por lo que se genera un ciclo, al cual es muy difícil de acceder, pero no imposible.
Para finalizar, vemos que en las dos pruebas nacionales mencionadas se está repitiendo lo que se quiso mejorar años atrás, se ha mejorado, pero muy poco, esto ocurre porque el supuesto de base está radicalmente equivocado, para explicar esto quiero citar a José Joaquín Bruner, quien señala que:
“El componente principal que explica los resultados escolares se relaciona con el origen sociofamiliar de los alumnos, cuánto capital cultural los niños heredan a través de la familia. Y sabemos que en eso hay enormes diferencias (...) Ahora, decir que la educación va a derrotar la desigualdad, requiere de condiciones que aún no hemos logramos”.

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